martes, 27 de febrero de 2007

El Espejismo de los Dólares

*.- Se descarriló el tren donde viajaba
pero la pesadilla apenas comienza

*.- El esposo cuidará a
sus cuatro hijas

*.- De cariño le dicen "La Negra"
pero les espera un negro porvenir


Oscar Treviño Jr.
Una hondureña indocumentada sobrevivió al descarrilamiento del tren en San Luís Potosí, fue asaltada por la banda de “Los Diablas”, durmió dentro un gallinero, huyó de la “migra” en la terminal de autobuses “Lucio Blanco” y ahora en la Casa del Migrante espera a cumplir “El Sueño Americano”.
Nataly Betancurt, de 25 años, que vivía en Tegucigalpa, Honduras hace un relato que nos transporta desde la alegría, hasta el mundo tenebroso, donde surge la luz de la esperanza y buena fe.
CORRELE MORENA
Nataly, de piel de ébano, narra con alegría cuando la gente le gritaba “córrele morena, que te deja el camión”, mientras que su corazón latía a mil por hora, porque en su persecución iban tres agentes del Instituto Nacional de Migración.
“La gente me gritaba -y Nataly reía nerviosa-, el camión amarillo que aquí les llaman “peseras” se detuvo y me subí”.
“Un señor ayudándome me dejó su asiento, me quite la mochila y me puse una camiseta arriba de la que traía puesta para evitar que me reconocieran”.
“Me fije que el costo del pasaje era de cuatro pesos con 50 centavos y al chofer le dí cinco pesos de los 20 que tenía”.
- ¿Pero, que pasó?
- “Es que, no tengo documentos. Soy hondureña… Venía con mi esposo Franklin Alexander Martínez, pero a él lo detuvo la migra en la terminal de autobuses”.
“Antes de bajar del autobús de Transpais, me dijo que él iba delante y yo lo seguiría detrás, por eso ví cuando lo detuvieron”, dice un tanto angutiada.
“Diosito... lo ví, me detuve en la puerta antes de entrar a la sala de la terminal y me salí por donde entran y salen los autobuses”.
Una señora me vio... “Sólo me dijo Dios te bendiga amiga, vete por allá y yo corrí”.
“Me metí a un hotel, parece que era El Gallo o algo así y otra señora, me dijo ¡metete, de aquí nadie te va sacar!”
“Los de la migra gritaban que saliera, se oían las voces por los pasillos, luego llego un señor, creo que era el esposo de la señora y salió a defenderme… ellos alegaban, se liaban”.
“Los de la migra se fueron diciendo que iban a ir por su jefe y que iban a catear. La señora me dijo un momento después cuando se me había pasado el susto: ahora si morena, vete... correle”.
“Fue cuando salí corriendo y me alcanzaron a ver los de la migra y me persiguieron. Yo me metía entre los carros y ellos tras de mi".
“La gente me empezó a decir correle morena, que se te va el camión y hasta lo alcancé y los de la migra dejaron de correr”.
“En el camión me fui sin saber para dónde y pasamos por una iglesia, me bajé y en la placita había una kermes, jugaban lotería”.
“Me senté a ver la comida, sólo a ver...veía como la servían, qué preparaban...sólo estaba allí viendo sentada en una banquita”.
“Una señora se me acercó y preguntó que si no era de aquí y yo le platiqué todo lo que había pasado”.
“No te vayas me dijo, fue por su esposo y me llevaron al albergue San Juan, donde estoy".
EL ACCIDENTE EN EL TREN
“La Negra” como cariñosamente le dice su esposo a la hondureña, explicó que la travesía fue dura.
“De Honduras, fuimos con un amigo llamado Mario a Tapachula, Chiapas, luego a México y de México nos venimos hasta San Luís Potosí, eso fue el sábado antepasado”.
“Yo le tengo miedo al tren, porque muchos hondureños han sido detenidos cuando viajan de pasajeros”.
“Mi esposo Franklín me dijo que íbamos a viajar en las góndolas, unos rollos grandotes de acero o algo que en el hueco nos meteríamos”.
"Se metió en uno Mario, luego Franklin y después yo. Esto fue en San Luís Potosí. Íbamos todos bien, cuando el tren descarriló como a tres horas de Taquín que es una ciudad de allí.
“Se oyó fuerte, muy fuerte: Franklin me grito que saliera. Pudimos ver que parte del tren se descarrilaba y se metía como a un pantano”.
“Esa espantoso, en las noticias salió que hubo muchos muertos, pero el tren llevaba combustible que quedó regado por todo el lugar”.
“Se oían gritos desesperados. Nosotros nos fuimos caminando y corriendo por encima de los vagones. Me daba miedo volver la vista”.
“Eran como 70 vagones o al menos eso creo. Se vio como si estuviera en la punta de un barco y el resto se hundía en la mar”.
“Porque Dios tiene misericordia, por eso se lo estoy contando señor, fue muy feo... muy feo".
ASALTO A MANO ARMADA
“Nadie nos vio... –narra Nataly-, estuvimos caminando como dos horas y media...Fue muy impresionante el accidente, pero teníamos que ir a trabajar a los Estados Unidos”.
“La Negra” fue entrevistada en la sala del Grupo Beta Matamoros, una vez que solicitaba ayuda, porque tenía que ayudar a su esposo y tenía mucha hambre".
Nataly dijo que junto con Mario y Franklin estuvieron caminando por espacio de dos horas y media y continúa con su historia:
“Llegamos a una construcción y como estábamos cansados nos tiramos al piso a dormir... pero se oyeron ruidos: ¡shitt!, bajamos la voz...sólo observábamos en la oscuridad”.
“De pronto aparecieron cuatro hombres con lámparas de mano, nos aluzaban y traían pistolas”.
“A mi esposo se la pusieron en la cabeza y a Mario, yo sólo les decía que no nos hiciera nada, que no habíamos hecho nada”.
“Nos insultaban y nos exigían todo el dinero que traíamos, pero yo les respondí que veníamos en las góndolas porque no teníamos nada, sólo las mochilas”.
“Ellos no creían y a Mario le quitaron su camisa y vieron que en la espalda traía un tatuaje que decía: `Mara trucha'. Uno de ellos dijo ¡mátalo, es un enemigo!”
“Bién sabe Dios que les suplique, me les hinqué que no lo mataran. Mario lloraba y decía que ese tatuaje se lo había hecho en la escuela, pero que no pertenecía a esa banda”.
“Les juré por mis cuatro niñas, que no hacíamos nada malo que lo único que queríamos era ir a Estados Unidos”
“Uno de ellos de cara afilada, creo que el jefe dijo `mire negrita, no se agüite' se la voy a dejar esta, pero tienen que darnos dinero”
“Mi esposo les dio 40 pesos, era lo único que traíamos. No les dijimos que podíamos hablar por teléfono y pedir que nos mandaran más pisto”-dinero-.
EL GALLINERO
Nataly siguió explicando que de nueva cuenta tuvieron que caminar, tocaron la puerta de una casa pero no les abrieron.
“En otra llegamos y de pronto que cierran la puerta, nadie nos quería ver, ni nada, hasta que llegamos a una casa en un campo”.
“Para que no se asustaran los que vivían allí toque la puerta y salió una señora a la que le pedí un poco de agua”.
“Me preguntó que si era de México y yo le respondí que éramos de Honduras...le pedí que si nos dejaba dormir aunque sea en el patio porque estábamos muy cansados”.
“Ella contestó que le iba a preguntar a su esposo y después nos mandaron al gallinero”.
“El lugar no importaba teníamos sueño... mucho sueño, ya en la madrugada, el señor dueño de la casa nos preguntó que si necesitábamos cobijas porque estaba frío”.
-“No señor, así estamos bien sólo necesitamos dormir”- le respondí-.
“Él nos levantó y nos llevó a un cuarto, nos dio una cama y mantas. Nos trató muy bien”.
“Nos dijo que allí podíamos quedarnos el tiempo que quisiéramos, que descansáramos y tomáramos fuerzas para seguir nuestro viaje a Estados Unidos”.
“La platicamos lo del asalto y nos respondió que en ese lugar estaban ‘Las Diablas’ unos pandilleros que asaltaban y hacían todo”.
“Por la descripción que dimos, él dijo eso es ‘Calle, La Grande’, es un lugar peligroso y que la banda era de Noé”.
“El señor nos dijo, nos hizo un mapa pues. Que teníamos que llegar al Ébano, es una ciudad, luego seguir a Estación Manuel y luego para Aldama que es otra ciudad”.
“De allí a Soto La Marina y luego Matamoros, que era el lugar más cerca”.
LA SEPARACION
“A como pudimos llegamos a Soto La Marina, pero allí Mario dijo que se iba en aventones de carros”.
“Nos separamos, Franklin habló por teléfono a Honduras y nos mandaron poco dinero para subir al autobús”.
“En Soto La Marina, había muchos soldados, en tanquetas, carros grandes y otros a pie”.
“El camión se detuvo...le rogué a Dios para que nos vieran...El chofer abrió la puerta del autobús, pero el militar sólo le dijo que siguiera el viaje, además que sólo íbamos como ocho personas de pasajeros”.
“EN LA BOCA DEL LOBO”
“Venía dormida cuando oí movimiento y mi esposo me dijo que estábamos en Matamoros”.
“Me dijo que él iría primero al bajar y yo lo siguiera a distancia por si alguien nos detenía”.
“Así fue como primero detuvieron a mi esposo pero yo pude escapar, eso fue el lunes".
"Ayer en la mañana llegaron los del grupo Beta a la casa Juan Diego donde estoy y al ofrecernos ayuda les hablé de mi esposo”.
“Me trajeron a sus oficinas, diciéndome que no tuviera miedo, que hasta me darían de comer”.
“Los señores del Grupo Beta Matamoros me han tratado muy bien, uno de los agentes me llevó a la oficina de Migración aquí en el Puente Nuevo porque quiero ver a mi esposo, mandé pedir dinero para darle”.
“Al ir caminando me dijo ‘mira, vamos a entrar a la boca del lobo’ y si... allí estaba Franklin, lo primero que hice fue besarlo”.
“Le di 200 pesos para que se regresara a Honduras y él me decía...Negrita, vamos juntos, vamos a regresarnos”.
“Yo no tengo corazón duro pero le respondí que no podía irme, que quiero ir a Estados Unidos”.
“Tenía que regresarse para cuidar a las ‘zipotas’ -niñas que tienen 10, 7, 5 y 3 años de edad-, yo me iba a trabajar y le enviaría dinero”.
QUIERO ARREGLAR
Nataly aseguró que tiene un hermano en Brownsville, Texas y otro en Oklahoma, Estados Unidos, para luego decir:
"Hablé por teléfono con ellos y me van a arreglar, mientras estaré en la Casa del Migrante aquí en Matamoros".
- ¿Por qué no regresar a Honduras?
- ¡No, ya no! para regresar uno sufre mucho... he ido y venido tres veces y es muy sufrido el viaje.
- ¿Pero el matrimonio se va a separar?
- “¡No señor! Nosotros nos queremos. Alla yo trabajaba en una zapatería y ni 40 pesos diarios me daban de sueldo, mi esposo estaba en un taller para hacer zapatos y ni así nos alcanza para mantener a las zipotas”.
“Un dólar es muchísimo dinero allá:
50 dólares aquí son 500 pesos. En Honduras son cinco mil pesos”
“Ya habrá tiempo de estar con mi familia. No en esta Navidad, pero en la otra si”.